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L@s trabajador@s públic@s provinciales y municipales decimos presentes para fortalecer el Estado y agrandar la Nación

Durante la pandemia, el Estado nunca dejó de funcionar gracias a la acción, a la convicción y al fuerte compromiso que tenemos l@s trabajador@s públic@s que, desde el primer momento, estuvimos brindando un servicio esencial a toda la comunidad.

Nuestra organización sindical siempre tuvo como una de sus prioridades la protección de la vida y la salud de l@s trabajador@s, promoviendo normas relativas a la Seguridad e Higiene, a la protección por accidentes del trabajo y enfermedades profesionales.

En la actualidad, muchos organismos del Estado, gracias a los protocolos ideados e impulsados por nuestra organización cuentan con herramientas para una presencialidad segura y protegida de nuestr@s compañer@s en sus puestos de trabajo.

La crisis pandémica nos ha golpeado muy duro, tanto a nivel económico como social, trastocando todos nuestros hábitos, nuestras costumbres y ha dejado huella en las relaciones laborales, específicamente en relación con el teletrabajo.

Si bien esta fue una herramienta circunstancial que permitió al Estado continuar con sus funciones, no podemos desconocer los riesgos psicosociales que el mismo trae aparejados. Así pues, el desequilibrio entre el trabajo y el desarrollo de la cotidianeidad es una de las consecuencias más llamativa, que impide, en ocasiones, una conciliación racional entre el tiempo dedicado al trabajo y a aquel que atañe a la vida privada y familiar.

Esta falta de equilibrio viene acompañada de otra, quizá más grave y peligrosa, y que l@s trabajador@s conocemos y sufrimos: la FLEXIBILIDAD LABORAL.

No nos cabe ninguna duda de que la defensa a ultranza del teletrabajo es reguardar un modelo de relaciones laborales que tiende a la precarización, traspasando costos del Estado empleador a l@s trabajador@s. Inferimos que no busca ni impulsa necesariamente mayor eficiencia ni mayor productividad, ni mucho menos la protección de la salud laboral, sino el debilitamiento de la organización colectiva de l@s trabajador@s y la pérdida de derechos laborales.

Por eso, hacemos nuestras la responsabilidad y la obligación de proteger la cultura del trabajo para preservar las funciones y tareas, evitando avances sobre los derechos consolidados tras años de lucha.

Ahora tenemos que reencontrarnos físicamente, en forma segura y responsable, en nuestros lugares de trabajo, cuidándonos y cuidando a los demás, cumpliendo con los protocolos establecidos.

L@s trabajador@s públic@s no queremos que el Estado se convierta en un gigantesco call center, creación destinada a alejar, fragmentar y separar a 1@s trabajador@s.

Es por ello que queremos volver a nuestros lugares de trabajo, reintegrarnos en forma presencial, recuperar el trabajo en equipo incentivando las relaciones interpersonales y la creatividad, garantizando la continuidad de las políticas públicas, a través del esfuerzo mancomunado y solidario. Queremos recuperar el contacto personal del día a día para seguir fortaleciendo la organización y defendiendo nuestros derechos. Insistimos fervientemente en el compromiso irrenunciable de proteger la salud de tod@s, pero también aquel que resguarda el derecho a la organización colectiva de l@s trabajador@s.

L@s funcionari@s y I@s representantes gremiales debemos ser l@s primer@s en dar el ejemplo; es nuestra obligación incentivar la vuelta al trabajo seguro de nuestr@s compañ@s para fortalecer el Estado y agrandar la Nación.

Hoy más que nunca, la Patria nos lo demanda.
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